jueves, 22 de marzo de 2018

Camino de los Yungas: Carretera de la Muerte 55 Km





Después de una noche donde dormir se hacía difícil debido al frío que entraba por todos lados en el autobús, llegué a las 7 de la mañana a mi destino. 12 horas desde Sucre  a La Paz era mucho tiempo en un autobús.

Podía haber ido al refugio  para ciclistas de La Paz a dejar mis alforjas y luego dirigirme a mi siguiente destino. Pero decidí irme directamente al Camino de los Yungas, en teoría la carretera más peligrosa del mundo.  Para ello me cambié de ropa en la misma estación de autobuses, exactamente debajo del hangar donde el nuestro paró. Llevaba puesta ropa de viaje y no de ciclismo así que tuve que cambiarme casi por completo.



Luego pregunté en la misma estación desde donde salía el autobús que me llevaba al inicio de la carretera de los Yungas. Me dijeron que estaba a unos cuantos kilómetros más arriba. Resulta que fueron 5 Km,así que me tocaba pedalear remontando la dura orografía de La Paz hasta la terminal de Minasa, unos 300 m  de desnivel más arriba. No es que fuera mucho pero a esas horas llegaba entumecido y sin apenas haber dormido.

Desde la Terminal Provincial de Minasa salían autobuses hasta la carretera de los Yungas. Esta terminal está en el suburbio cerca de Villa Fátima en La Paz, donde operan varias agencias. Normalmente estas agencias terminan su recorridoen la Terminal de autobuses de Coroico.Todos los viajes se realizan por la carretera nueva, amplia y asfaltada.

Los que quieren hacer el camino de bajada de los Yungas se quedan antes de llegar al pueblo de Corioco que todavía queda lejos. Concretamente hay que bajarse en una curva que da acceso al camino de los Yungas




Viajé en un gran autobús de dos plantas y lo hice en la parte delantera de la planta de arriba con unas vistas estupendas, ya que lo único que tenía delante era un cristal enorme. Hice amigos en el viaje, ya que aparte de que me habían colocado en el mejor lugar del autobús, la gente me indicaba las montañas y reíamos de nuestras ocurrencias. Dos ancianas muy graciosas estuvieron muy activas durante el viaje y me preguntaron sobre mi viaje, profesión, mi país… Yo contestaba y medio autobús escuchaba divertido, me lo pasé muy bien con esta gente amable.

Pude deleitarme en el autobús que me llevaba de la Paz  a los Yungas del recorrido completo del camino de la muerte.Este tiene unas vistas preciosas pasando al lado del Cerro Picacho Pupusani con nieves en su cumbre de 4650 m de altura.

Como he dicho antes hoy en día casi todo el mundo hace sólo los últimos 33 Km del antiguo camino con 2000 m de desnivel.Pero si uno hace el recorrido completo desde La Paz se enfrenta a un desnivel de 3300 metros.

Pienso que con tiempo y más días disponibles me hubiera gustado hacer el camino completo, pasando de las nieves a la selva. Pero como ya comenté apenas tenía tiempo para ver lo que me quedaba por ver de Bolivia.  Aun así me esperaban 33 Km  en carretera más peligrosa del mundo y no es para menos ya que en algunos tramos es totalmente escalofriante.

Cuando el autobús se fue acercando al  cerro Picacho, pude ver varios rebaños de llamas corriendo  por las praderas verdes a los lados de la carretera. Un paisaje precioso.

Supongo que mi autobús también viajaba a Coroico, pero el conductor me dejo justo a 70km de La Paz. Se desvió incluso de la carretera principal, perfectamente asfaltada y bajo 100 metros para dejarme casi donde empezaba el antiguo camino de los Yungas. Lo normal es que te dejen en la curva que da acceso a este camino. Todo el autobús vio como descargaba mi bicicleta y montaba mis alforjas. Me despidieron con alegría mientras bajaba por el Camino de los Yungas


Durante la bajaba de los primeros metros de este bello camino, pensaba en esa gente amable y sencilla que me había acompañado desde La Paz durante 70 Km hasta el comienzo de la carretera de los Yungas.Ahora afrontaría esos 33 Km entre barrancos partiendo de  una altura de 3330m  hasta llegar a los 1200 m ya en valle de Yolosa.
Aunque había llegado hasta el origen del antiguo camino en autobús, también se puede llegar al camino de los Yungas en minibuses  o furgonetas, de hecho volví en una a La Paz.

En cuanto empecé a pedalear me invadió una sensación de euforia, el paisaje era increíble y el día soleado acompañaba.
Ya desde el comienzo advertí que no iba a estar solo. Diferentes empresas que se dedican al ciclismo con turistas venidos de todas las partes del mundo trabajan aquí. Una furgoneta equipaba a cinco turistas con sus respectivas bicis con  cascos  de los de descenso extremo. Como esta furgoneta encontraría varias así como otros turistas a lo largo de mi esplendida bajada. En total creo que fueron unas3 o cuatro furgonetas  que acompañaban a grupos de ciclistas de 5 a 8 personas. Por lo que tuve mucho tiempo para saborear el paisaje en soledad a pesar de que de vez en cuando coincidiera con ciclistas bajando.

Quise hacer fotos y grabarme en vídeo. Algunas de estas grabaciones me costaban bastante esfuerzo ya que debía de bajar bastante en bicicleta para tener alguna toma lejana y que diera fe de la magnitud del lugar. Esto me obligaba a volver al punto donde había puesto el trípode con la cámara. Siempre volvía al trote para que el equipo de grabación no corriera peligro.




Mientras bajaba con el aire todavía fresco en mi cara, pensaba en la historia de esta carretera.



Camino de los Yungas  historia

El Camino a los Yungas, también conocido como Camino de la Muerte, es un camino de aproximadamente 80 km de extensión, que une la ciudad de La Paz y la región de Los Yungas al noreste.

Hoy en día la mayoría de la gente viaja unos 70km desde la Paz hasta el principio del antiguo camino de los Yungas como hice yo, El camino comienza a unos 3330 metros y baja hasta la selva cerca de  la población de Coroico llegando al río Selva en  un recorrido de 33 Km hasta los 1200 metros de altura.

Este camino se hizo tristemente famoso por su alto número de accidentes, (un promedio de 209 accidentes y 96 personas muertas al año. En 1995 el Banco Interamericano de Desarrollo la bautizó como el camino más peligroso del mundo.

Parte de esta carretera fue construida con mano de obra de prisioneros paraguayos, durante la guerra del Chaco en la década de 1930 entre Bolivia y Paraguay. Es una de las pocas rutas que conectan la selva amazónica del norte del país con la urbe paceña.

Debido a sus pendientes pronunciadas, con un ancho 3 m en algunos lugares y la falta de guardarraíles, este camino era extremadamente peligroso.


Actualmente se cuenta con una carretera más moderna y segura que conecta La Paz con Los Yungas que sustituyó en itinerario a ésta. El sector más antiguo y peligroso de la antigua ruta se usa actualmente para ciclismo.
Además en la zona son habituales la lluvia y la niebla, que disminuyen notablemente la visibilidad, el piso embarrado y las piedras sueltas que caen desde las montañas hacen que su peligrosidad aumente.
El accidente más terrorífico ocurrió el 24 de julio de 1983, un autobús cayó por el barranco del Camino de las Yungas precipitándose en un cañón, murieron más cien pasajeros en el peor accidente de tráfico de Bolivia.


Me crucé con un minibús que era lo más grande que vería ese día en cuanto a vehículos. Subía pegado a su izquierda, o sea a la pared.
Resulta que todo aquel que conduzca por el antiguo camino de la muerte debe hacerlo por la izquierda, (es el único lugar de Bolivia donde se conduce por la izquierda. Esto se hace para que los conductores que van a la izquierda al cruzarse con otros vehículos (algo que con cierta frecuencia) vean con mayor facilidad el borde del camino, que en casi todos los lugares de cruce es un abismo, llegando en algún lugar hasta los 800 m en vertical.
Esto tiene sentido con el volante situado en el lado izquierdo de los asientos delanteros. Ya que el conductor al ir sentado a la izquierda en bajada tiene el abismo más a la vista. Y el que sube está pegado a la pared y le es menos crucial ver el bordillo exterior, ya que va por dentro del camino.

Otro dato a tener en cuanta es que tiene prioridad el coche que sube sobre el que baja baja (en dirección a Los Yungas), por lo que este último debe detenerse cuando sube otro para poder darle  paso.

El peligro que supone esta ruta la convirtió en un destino turístico popular a partir de la década de 1990. En particular, los entusiastas de la bicicleta de montaña la utilizan por sus descensos pronunciados y sus maravillosos paisajes.
Aunque hoy en día gracias a la carretera nueva los accidentes han descendido muchísimo, todavía siguen siendo bastantes los que mueren. Los últimos datos de  2011 dicen que se produjeron un total de 114 accidentes, con un saldo de 42 fallecidos.


Según pedaleaba podía advertir como en  algunas curvas el precipicio era increíble, con caídas escalofriantes al vacío.
Otras veces era el vacío el que se precipitaba sobre mi. Grandes paredes con cascadas de 200 m que precipitaban su agua al camino desde gran altura.  Luego volvían a caer desde el camino al cañón. Era algo maravillosamente bello, casi inaudito.
Ese día hacía bastante calor pero pensaba en este lugar en un día de lluvia y niebla donde también son frecuentes los corrimientos de tierra. ¡Todo un peligro!




























Pensaba, mientras seguía bajando, en el  desnivel tan exagerado que había que atravesar para llegar a la selva.
La carretera unía dos Bolivias muy diferentes, el altiplano de La Paz, tierra extrema, de fuertes   vientos y grandes montañas, con la región de los Yungas de clima templado y subtropical. Entre estas dos Bolivias la carretera atravesaba una orografía agreste y bella.

La nueva carretera abierta en  el 2006 dejo al antiguo camino relegado para el turismo. A pesar de todo sigue abierta al tráfico. La gente del lugar sigue manteniendo la carretera en  buenas condiciones y transitable para los más de 30.000 turistas y aventureros que cada año vienen aquí en bicicleta, todoterreno o  moto.

Desde la construcción de la nueva carretera, la mortalidad de la carretera ha bajado considerablemente, hasta entonces se estimaba que unas 150/200 personas perdían sus vidas aquí cada año, mientras que ahora la cantidad de muertes ha bajado hasta los 30/40.


Curiosamente la carretera de la muerte aparece en el álbum de Tintín de 1937 "La Oreja Rota" donde hay una escena con persecución de coches.

La carretera que toma Tintín después de evadirse de las celdas del general Alcázar es la carretera más célebre «carretera de la muerte», en Bolivia, Tintín por poco se mata en ella.




Paré varias veces a disfrutar del paisaje, comer algo o tirar fotos. Era mi último periplo en bicicleta de este maravilloso viaje y quería recrearme. Mañana en La Paz empezaría a empaquetar la bicicleta para mi regreso a España. Pero de momento estaba allí disfrutando del momento.


De repente llegué a una curva donde la caída era descomunal y todos los turistas aprovechan para hacerse fotos sentados en el borde de la misma. Yo tuve la suerte de que uno de los guías de estos turistas se ofreció a hacerme fotos en esa curva.


Algunos turistas venidos de otras partes de Bolivia estuvieron viendo mi bicicleta y me preguntaban por mi viaje. También se sorprendían de mis frenos de disco. Allí todas las bicicletas eran de freno tradicional de zapata o V-brakes. Esto en 2013.Seguramente esto es fácil que cambie en poco tiempo, y las bicis circulen por este camino se modernicen en poco tiempo.

Yo dudé bastante en cuanto a que frenos utilizar en mi viaje por Perú y Bolivia,  ya que mi bicicleta tenía posibilidad de usar los frenos tradicionales también. Me decidí por los de disco hidráulicos por su calidad en la frenada y aguante en grandes bajadas. Ya comenté en su momento que en los Andes hay puertos de 80 Km de bajada  desde los 5000 m de altura. En esos casos es en donde unos buenos frenos se agradecen, ya que apenas pierden efectividad a pesar de la fricción continua y grandes frenadas con mucho peso y en ocasiones con humedad. Llevaba unas pastillas de freno de repuesto que no tuve que usar. Pero recuerdo bajadas de medio día, con tramos de subida dentro de los superpuertos de bajada. Recuerdo dolor de manos de tanto frenar y frenar. Pero también recuerdo el aire fresco de los Andes y esas bajadas  memorables y sus maravillosas gentes. Eso sí con subidas de 15 horas interminables pero sublimes.




Salí de mis pensamientos andinos cuando me pasaron dos ciclistas por la izquierda. Yo iba cargadisimo con mis cuatro alforjas y demás enseres y aunque iba relativamente rápido, siempre había alguno que me pasaba.

De vez en cuando me cruzaba con  alguna moto y todoterrenos de subida y bajada. Pero en general apenas  se veía otros vehículos que no sean bicicletas.

Según bajaba se iba notando el calor de estar a menos altura, pero el verdor y esplendor de la selva iba aumentando.

En los tramos finales ya paralelo al río Selva en el valle Yolosa, el camino llegaba a su fin.
Justo al lado del río había una serie de casas de madera que ofrecían comida y bebida.  Así que no me lo pensé y aproveché para reponer fuerzas.




Después de comer seguí con mi plan previsto que era subir hasta el pueblo de Coroico. Pensaba pasar la noche allí y volver al día siguiente. Subí unos 7 Km desde el río con unos 40 grados de temperatura y un camino pedregoso inhumano hasta llegar a una carretera mejor.
Paré a beber agua y pensé que quedándome dos días de viaje en Bolivia debería volver a La Paz cuanto antes para ver la hermosa capital en la que apenas había estado solo de paso por dos veces. Así que retome el camino de bajada y volvía alas casas donde había comido, para después seguir otros 5 Kilómetros llaneando paralelo al río hasta llegar a otra agrupación de casas desde donde salían frecuentes furgonetas a La Paz.
Aquí negocié un precio por la vuelta a La Paz Bici incluida. Llegué a un acuerdo y esperamos a que la furgoneta se llenara de más pasajeros. Mientras me dio tiempo a comprar algo de beber y de fruta.


Después de casi tres horas de vuelta donde se hizo de noche en el camino, llegué la Paz. Otra vez me tocó culebrear por sus calles y avenidas hasta llegar la Casa del ciclista,  el albergue internacional de ciclistas en La Paz. Allí tenía previsto pasar un par de noches antes de partir para España, mientras por el día me dedicaría a ver la capital situada a mayor altura del mundo: La Paz 3.650 m.



Camino de los Yungas: Carretera de la Muerte. Bolivia from gtrevice on Vimeo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario